Relatos Cortos

El secreto de David
«Su familia siempre le dijo que era muy especial, que tenía que tener cuidado con cómo se mostraba ante el mundo. Ahora lo entendía mejor que nunca: por menos de lo que a él le había pasado por la cabeza, encerraban a la gente en psiquiátricos...

El chico de las montañas
«Tengo mucha rabia. Pedro es el que tendría que morirse, no yo. Pedro es el que tiene la culpa de todo. Podría dispararle a Pedro como si fuera un ciervo y todo sería mejor, pero así yo sería muy malo y mi mamá seguro que lo vería..

El secreto del guardabosques
«Pero ni siquiera allí, perdido en el monte, era capaz de escapar de las perturbaciones de su antigua vida. Estas le alcanzaron por primera vez en la forma de una carta de su madre, que llegó con retraso por la dificultad del servicio de correos para acceder a su remota dirección.»

La carga del valor
«Echó un vistazo a Lisa y vio en sus ojos el terror de verse en una circunstancia que superaba con creces sus peores presagios. «Vamos a morir todos aquí», pensó Joseph, «A menos que consiga que mantengamos la cabeza fría».»

El hálito delator
«No tengo móvil, y no puedo gritar, ni siquiera exhalar, sin que esa bestia me encuentre primero. Miro a los rostros anónimos que se me cruzan, furtivos, sumergidos en sus propias realidades. Reprimo mi sed mientras me empiezo a quedar sin oxígeno.»

Silencio
«Antes que nada, muchas gracias, señora Antonia, por permitirme realizarle esta entrevista acerca del asesinato de la chica del segundo piso y la detención de sus vecinos de la planta baja. Debe ser duro para usted, siendo que usted vive en el primero…»

Negación
«Justo cuando me meto la tostada en la boca, veo cómo se rompe la puerta de mi casa y un montón de policías con mascarilla entran apuntándome con sus pistolas. No sé por qué me da por coger la mía también. Mal hecho.»

El Ultrademonio
«—Muy pronto les conocerás —dijo ella al fin, escupiendo sus palabras—. Cuando vengan aquí a ensartar tu cabeza en una estaca.» [* Relato ambientado por la intro de la canción «Raining Blood» del grupo Slayer]

Muerte en alta definición
«El viejo jefe de policía decidió pulsar el botón de grabar tan pronto como el niño empezó a hablarse solo en la sala de interrogatorios. Él no entendía nada del idioma Wahilu, pero el análisis posterior de algún experto quizás arrojaría luz sobre ese caso, sin duda el más extraño de su carrera.»

El golpe
«¿Has mirado demasiado Pulp Fiction o qué, chaval? Estamos aquí para hablar de nuestro próximo atraco, no para cometerlo.»

El futuro de la humanidad
«Compórtate, recuerda que estamos siendo el primer registro de esta pequeña maravilla. Y su nombre no desmerece a su cometido, pues viajará en el tiempo hasta contemplar el final de la humanidad.»

El taxista
«El taxista detuvo abruptamente su narración y se quedó mirando a un punto fijo. Julián tragó saliva.»

Sociofobia espacial
«Volví a mi dormitorio con una sensación de euforia. Han pasado ya muchas horas, pero todavía sigo aquí, intentando asimilar lo que ha pasado a medida que lo pongo por escrito.»

¿No todos los hombres…?
«Sólo sé que llevamos dos días malviviendo en la jungla, robando y asaltando a estos aldeanos, ¡matándolos! Y esto no es lo que yo quería cuando me hice soldado.»

Vuelve el asesino de la motosierra
«(…) Esta sería la cuarta víctima, pues, del mismo asesino en serie que ya descuartizó al alcalde de la ciudad y a otros dos miembros de su equipo de Gobierno.»

La abominación cósmica
«Sonó la estridente señal de una comunicación de emergencia. Era del Gobierno de la Tierra. Richard y Bridget se miraron y tragaron saliva.»

Un hilo invisible
«¿Era ella? Leía plácida y solitaria a la sombra de una palmera y levantó la vista tan pronto como él la vio. Ni sus blancos cabellos ni el rostro surcado por las arrugas fueron obstáculo para reconocer su frágil figura, sus ojos verdes y la radiante curva de su sonrisa.»

La culpa
«Echó la primera pala de tierra sobre el cadáver de su hijo convencido de que no era culpa suya, pero cuando llegó a la última, supo que no podía seguir engañándose.»

Belleza salvaje
«Miró atrás. El cazador parecía lejos pero el bosque era inhóspito, lleno de vegetación muerta y afilada. La joven se enganchó varias veces más en su torpe carrera»

Los tres cerdos
«El Señor Lobo nunca se daba por vencido. Porque él nunca fallaba»

Las caras del conflicto
«—Necesitamos que te concentres. Vamos a entrar ya en la ciudad y no sabemos lo que vamos a encontrarnos. Hay infieles que van armados y son peligrosos. ¿Me entiendes, chico?»

Feliz cumpleaños, Zafiro
«El inerte cuerpo de Lady Gyna, con un cuchillo clavado en la nuca como macabro ornamento, era mudo testigo del tormento de este asesino…«

El Juramento Hipocrático
«La fuerza de los valores de Ricardo se puso a prueba ante una llamada telefónica un diecinueve de abril de 2020, durante la cuarentena forzada a todos los ciudadanos que se estableció en España»

Deslumbramientos en cuarentena
«Era el día veinticuatro de cuarentena cuando Álex por fin pudo salir a la calle. La pandemia global del altervirus estaba en su máximo apogeo»

La decisión de Luigi
«Luigi nunca se paró a pensar en las presiones psicológicas a las que se enfrentaría siendo un policía infiltrado; se lanzó a la piscina sin preguntarse qué había debajo.»

Invocación Equivocada
«A Verónica no la conocía tanto, pero su pérdida es la primera que me ha tocado de lleno en mi vida, directamente. Una chica tan joven, tan buena…»

El cazador del bosque
«Tras varios rodeos erráticos, el frustrado cazador fue consciente de que, mientras no se despejara aquella blanca neblina, cada paso que diera no haría sino empeorar su situación«

Recuperar lo perdido
«Se visualizó sentado en la mesa en la Nochebuena de hacía tres años, la última que pudo disfrutar con sus padres justo antes del fatal accidente que le dejaría huérfano junto a su hermano…»

El fantasma de Ishinomaki
««Queridos compañeros, sé que no puedo estar a la altura de Shoji sama, pero os prometo que haré lo posible para que salgamos adelante»»

El búnker de Jim
«El búnker, como les gustaba llamarlo, era una estancia diáfana y tan amplia como un piso pequeño que pretendía replicar las comodidades de un hogar a cuatro metros bajo tierra»

Nació en Esparta
«Afueras de la ciudad de Esparta, 480 a.C. Áltica se encontraba sola en casa, comiendo cerdo en sangre, cuando una sensación húmeda le irrumpió en la zona de la entrepierna. Miró abajo: había roto aguas.»