Lutry, Lucerna, Interlaken… y el clímax, el Piz Gloria en lo alto de los Alpes
Es curioso cómo suceden las cosas. La intención inicial era viajar este octubre a París con mi pareja, la también escritora Laila Newtton, pero un inesperado viaje de empresa a Suiza me «chafó» este plan justo en esas mismas fechas. Así que, ni corto ni perezoso, decidí quedarme por allí un poco más, ya que estaba… conformando, así, un viaje de ensueño.
En abril ya reseñé por aquí mi escapada a Londres y por aquel entonces decidí centrarme en el aspecto cultural, aunque esta vez lo haré un poco distinto: comentaré un poquito de cada ciudad, pero empezando por el que es para mí el punto cumbre… y nunca mejor dicho: la visita al Piz Gloria, en la cima de los Alpes.
Curiosamente, hace unos meses lamentaba amargamente no haber podido disfrutar mucho de mi saga literaria y cinematográfica preferida en su mismísima ciudad natal, pero con la visita al Piz Gloria, he quedado debidamente resarcido.
El Piz Gloria, situado en la cima del pico Schilthorn, es accesible solo por teleférico y en su día fue remodelado para ser la guarida del villano Blofeld en la película «007 al servicio secreto de su majestad» (1969). Convertido más tarde en un espectacular restaurante giratorio, esta ubicación es hoy en día todo un lugar de peregrinaje para los fans de James Bond.
El restaurante fue incluso más espectacular de lo que había esperado. La comida, algo simple pero muy buena, no era más que una excusa para contemplar las espectaculares vistas de los Alpes mientras saboreaba mi copa al más puro estilo James Bond.
A medida que la hilera de mesas iba girando (tardan aproximadamente una hora en dar la vuelta entera), la vista me iba seduciendo tanto en el interior como en el exterior, pues el núcleo del restaurante es fijo y representa en sí mismo todo un museo dedicado a la película de 007 de la que un día fue escenario principal. Pero para museo, sin duda, lo que podemos encontrar bajo el restaurante…
En fin, podría dedicar horas a esto, pero no me quiero extender mucho con el Piz Gloria (ya dedicaré un artículo entero a mis compañeros de Archivo 007 en el futuro), ya que quiero comentar también un poco sobre los otros puntos de interés de mi visita 🙂 Empecemos con…
LUTRY (Viaje de trabajo*)
Empezar a trabajar en mi profesión «muggle» (responsable de RRHH) en una empresa suiza, en este caso Flexim, es de lo mejor que me podía haber pasado 🙂 Todo este viaje empezó a raíz de la maravillosa idea de su sede central de RRHH en Lutry, de realizar varias reuniones de trabajo congregando a todos los representantes europeos.
*Por las tardes, después de la consabida reunión, tocaba irnos de aventuras a sitios tan inolvidables como los que veréis a continuación:
GINEBRA
Tras los tres días con Flexim, tocaba aprovechar la estancia y recibir a mi pareja Laila Newtton para empezar nuestro periplo en pareja en coche de alquiler. Primera parada: Ginebra
INTERLAKEN
Antes de la espectacular visita al Piz Gloria, nos alojamos en esta idílica ciudad entre dos lagos. Algunos de los momentos captados:
LUCERNA
Lucerna era para mí una parada obligada, ya que mi abuelo trabajó aquí durante una temporada en los años 70 y hablaba mucho de ello. Fue la gran sorpresa del viaje: para mí, sin duda la ciudad más bonita y carismática de todas las visitadas.
ZÚRICH
Zúrich era uno de los mayores puntos de interés: una de las grandes ciudades suizas, otro destino también visitado por mi abuelo en los 70, y ubicación que aparece en el libro Ainara, de mi pareja. Dedicamos dos días a su visita y nos empapamos de su ambiente hasta no querer irnos de allí.
Siento no poder mostrar fotos más icónicas o representativas de los lugares… ¡La verdad es que lo vivimos todo tan intensamente que no se nos ocurría sacar mucho la cámara a pasear!
Lo que sí puedo y debo, es recomendar viajar a Suiza al menos una vez en la vida. Para los fans de James Bond, el Piz Gloria es parada obligada. Para los amantes de los sitios encantadores, llenos de naturaleza, muy poco saturados, con un ambiente relajado y lleno de paz… ni lo dudéis: incluid Suiza en vuestros planes de viaje. Eso sí… ¡preparad la cartera!