James Bond, Sherlock Holmes y el barrio del Soho
Inglaterra siempre ha sido uno de mis destinos deseados, pero hasta ahora nunca me había surgido la oportunidad. Tras tener que perderme un magnífico viaje de miembros del club de fans de 007 en España (Archivo 007), determiné que yo también tenía que ir sí o sí aunque fuera yo solo y cuando pudiera.
El destino ha querido que haya acabado por ir con mi amiga de adolescencia, Marta, y ha sido algo fantástico. Pero estamos en mi web de escritor, y en este post me voy a centrar en hablaros de los tres ejes culturales que más importantes han sido para mí en este viaje: James Bond, Sherlock Holmes, y el barrio del Soho. ¿Empezamos?
Como buen fan de James Bond desde niño, esto era inevitable. Tenía que visitar sí o sí las más icónicas localizaciones. Por desgracia, la ciudad de Londres fue una gran decepción en este aspecto. Siendo uno de los más míticos personajes de ficción del mundo, está claro que no se le presta la atención que merece, pues no hay ni un triste museo o exposición permanente dedicada al personaje. Para recordar a 007 hemos de recurrir a los detalles más sutiles, como recrear esta fotografía de George Lazenby (Bond efímero, en 1969).
Resulta un tanto irónico que el principal lugar de trabajo de James Bond, y también su localización más icónica y repetida en Londres, sea precisamente un edificio impenetrable. Y es que, tratándose de un agente secreto, no podía ser de otra manera. No nos queda otra, pues, que conseguir fotografías desde lejos.
Cierro el apartado James Bond con la casa de su creador, el novelista Ian Fleming. A mi juicio, una enorme oportunidad perdida, ya que sería el sitio ideal para establecer un museo sobre el personaje, aunque fuera solo en su vertiente literaria, y en cambio no hay nada más que una triste placa.
Algo muy distinto ocurre con Sherlock Holmes, otro célebre personaje inglés donde los haya. El icónico detective de Arthur Conan Doyle tiene un museo y tienda propios en la misma dirección en que se sitúan sus oficinas en las novelas, el 221b de la Calle Baker.
Gran parte del encanto del museo es su concepto: se pretende simular que Sherlock Holmes existió de verdad, entremezclando realidad y ficción de una manera que resulta fascinante. Todas las habitaciones son recreaciones fieles de lo que se nos describe en las novelas, con una exquisita atención al detalle.
Hay espacio, además, para un pequeño museo de cera en los pisos superiores. Podemos observar recreaciones de algunas de las más famosas escenas del detective, junto con descripciones de lo que estamos viendo.
Aunque la entrada es algo cara para lo que ofrece, este museo es sin duda una parada imprescindible para los fans de Sherlock Holmes, en especial su vertiente literaria. Yo he de admitir que apenas me había leído Estudio en escarlata, El sabueso de los Baskerville y unos pocos relatos cortos, pero esto me ha estimulado a profundizar mucho más en las obras sobre el personaje.
Ya conocéis mi obsesión con la película Última noche en el Soho, reseñada en este blog hace poco. Por ello, no debe extrañaros que os presente unas cuantas fotos del más carismático barrio de Londres.
Mi compañera de viaje y yo pasamos aquí muchas horas de nuestra estancia, sumergiéndonos en la ecléctica vida nocturna londinense. Esta foto que veis aquí no es de ningún burdel, sino de una de las discotecas más populares (Be At One), y con su «chicas calientes» se refieren a su cóctel estrella. Me juego una libra a que los ingleses ni siquiera son conscientes de cómo se ve eso a ojos de un español, ja ja.
Podría decirse que esta es la parte de la ciudad que nunca duerme, algo que me sorprendió mucho al compararla con Edimburgo (Escocia). En mi viaje anterior al norte del Reino Unido jamás observé vida es las ciudades entre semana más allá de ciertas horas. Aquí, ¡incluso se puede cenar a horas mediterráneas!
Una zona con mucho encanto, de la que destaco la enorme variedad de música, personas y ambientes. Reconocí gran parte de los lugares donde se grabó mi película favorita de los últimos años, los cuales conservan esa magia especial y misteriosa. La mejor forma de mezclar turismo de fiesta con exploración cultural.
Espero que os haya gustado este breve resumen de mi viaje a Londres en su vertiente más «friki», ¡y eso que me dejo algunas cosas de Harry Potter! En definitiva, una experiencia para recordar y en la mejor compañía. Recomendable.